El Gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, anunció este viernes la prohibición de ingreso a su territorio para la expresidenta argentina Cristina Kirchner, sus hijos Máximo y Florencia, y el exministro de Planificación, Julio De Vido. La medida se enmarca en la Sección 7031(c) de la Ley de Asignaciones del Departamento de Estado, que permite restringir el acceso a funcionarios extranjeros implicados en corrupción significativa o violaciones graves de derechos humanos.

Según el comunicado oficial, Kirchner y De Vido son acusados de “abusar de sus cargos para orquestar y beneficiarse de esquemas de soborno relacionados con contratos de obras públicas, resultando en el desfalco de millones de dólares del gobierno argentino”. El secretario de Estado, Marco Rubio, destacó que estas sanciones reflejan el compromiso de EE.UU. en la lucha contra la corrupción a nivel global.

Cristina Kirchner respondió a la medida recordando que “a Videla y a Massera nunca les prohibieron ingresar a EE.UU.”, en referencia a los exdictadores argentinos. Además, cuestionó la relación entre el presidente Javier Milei y el gobierno de Trump, sugiriendo que la sanción fue impulsada por pedido del mandatario argentino.

Esta decisión marca un nuevo capítulo en las tensiones políticas entre Argentina y Estados Unidos, mientras el gobierno de Trump busca enviar un mensaje claro contra la corrupción en la región.